La gestión de residuos es un servicio esencial. Para las empresas socias de CEGRU, es el trabajo de todos los días.

Historias de socios es una crónica de CEGRU, mediante la cual contamos la historia de nuestras empresas socias, de las personas detrás de cada emprendimiento, que conforman el proceso de construcción colectiva del sector gestión de residuos en el Uruguay.

Los invitamos a conocernos.

Entrevista con Romeo Silveira por Chiara Fioretto – Gerente CEGRU

Historia de una reconversión

Romeo Silveira vive en Melo, departamento de Cerro Largo, y es el fundador de la empresa Ecogestiones – Olecar SA. Empiezo la entrevista preguntándole por el origen de la empresa. “En el interior somos todos de un origen agrícola-ganadero. Yo también lo era, hasta que, allá por el año 94 vinieron unas crisis muy difíciles para el campo, por devaluaciones, secas, problemas de mercado. Yo recién me había casado y tenía dos niñas”. Fue así como su situación personal, sumada al contexto difícil por el cual transitaba el campo, lo incentivó a cambiar el rumbo. “Busqué otra opción de negocios en el sector servicios”.

Empezó por esos años creando un sistema de volquetas para residuos de la construcción. Construyó un guinche en la metalúrgica de Melo, usando como modelo los guinches que en esa época se importaban de Europa, y también construyó volquetas. “Hice una sociedad con un amigo que tenía un camión: yo ponía el guinche y las volquetas y él ponía el camión. Alquilábamos las volquetas para obras de la construcción y después recolectábamos el material, que vendíamos como relleno o llevábamos al vertedero municipal”.

Entrada en el subsector de residuos sanitarios

El año 1996 marcó un hito en esta historia, ya que la sociedad fundada por Romeo gana una licitación para recoger los residuos -esencialmente podas- en el entorno de la ciudad de Paysandú. Ese año se consolidó la creación de la empresa Ecogestiones – Olecar SA.

Durante el período en Paysandú, se dio el primer acercamiento con el sub-sector de los residuos sanitarios. “Nos tocó retirar residuos del hospital de Paysandú. La realidad era que no existía un tratamiento para estos residuos en el país. Por un lado, gran parte del residuo hospitalario era reutilizado, por ejemplo, las jeringas eran desinfectadas. Lo que sí se descartaba, se gestionaba en los propios hospitales, mediante un proceso de quema con combustible, en “parrilleros”, dice. “A partir del año 2000 hubo un cambio en el volumen y en el tipo de residuos generados, aumentando considerablemente lo descartable”.

Romeo identificó esa situación como una oportunidad para iniciar un tratamiento para residuos sanitarios, hasta ese momento inédito en el país: la incineración. “En el 98 conocí a Néstor Pazos, recién recibido de Ingeniero Químico. Hizo una consultoría para investigar antecedentes internacionales de la incineración de los residuos”. Fue así como en el año 2000 se embarcó en el desarrollo del primer horno en Melo.

La normativa acompañó. En 1999, se promulgó el Decreto Nº135/999 -hoy derogado por el Decreto Nº 586/009, por el cual se reglamentaba la gestión de residuos sólidos hospitalarios. Como suele suceder, la normativa ordenó las actividades y habilitó las condiciones para el desarrollo de nuevos proyectos de gestión de residuos, al generar un ámbito de mayores certezas para las empresas. “La legislación empezó a exigir y a controlar. Atrás íbamos nosotros buscando soluciones y tratamientos”. A la fecha Olecar S.A. brinda servicios de gestión integral de residuos, en todo el país. Cuenta con una planta de tratamiento de residuos que consta de 2 hornos incineradores de residuos peligrosos que cumplen con las normativas de la Environmental Protection Agency (EPA) de los Estados Unidos. El Horno 1 tiene una capacidad para procesar 90 Kg/hora de residuos sanitarios contaminados y el Horno 2 tiene una capacidad de 180 Kg/hora de residuos sanitarios contaminados e industriales (medicamentos comunes y citostáticos, solventes, resinas, residuos de la industria gráfica y también alimentos, entre otros). Los hornos poseen un sistema multicámara, del tipo de carga intermitente y de aire controlado, y además cuentan con un sistema de lavado de gases del modelo venturi húmedo y torre de relleno.

Alianzas con la academia

A lo largo de estos años, Olecar SA ha estado involucrada en la búsqueda de nuevas soluciones para la gestión de residuos. “Hicimos convenios con la Facultad de Ingeniería de UdelaR -FING- para evaluar tratamientos y tecnologías. Se empieza por estudiar todas las propiedades del residuo y a partir de ahí se evalúan soluciones de tratamiento”. Con FING desarrollaron un biodigestor para tratar el contenido ruminal de animales faenados. Una articulación virtuosa entre sector privado y academia que promueve la profesionalización del sector gestión de residuos y la innovación. Romeo agrega que “a veces se dan las condiciones de mercado para desarrollar las soluciones y a veces no, pero eso no nos impide salir a buscar alternativas”.

Sobre las personas

Le pregunto por las personas que hicieron posible el emprendimiento y que trabajan en él día a día. Romeo reflexiona: “Olecar no es una empresa muy antigua pero sí tiene relaciones muy antiguas con los profesionales que por ella han transitado o siguen estando relacionados”. En el 98 empieza el relacionamiento con Néstor Pazos, y desde el año 2004, Fabián Benzo los asesora en cuanto a los residuos que pueden ser tratados en el incinerador y en todo lo relativo a la seguridad. Alessandro Garlati estuvo algunos años a cargo de la planta en Melo y después se fue a Montevideo para enfocarse en el desarrollo comercial de la empresa. Ana Paula Pereira es ingeniera y trabaja en la planta hace 6 años. “También tenemos una plantilla de 65 funcionarios dependientes, desde choferes, operarios de distintas áreas, administrativos entre otros y 18 profesionales y empresas contratadas. Hay personas que hace muchos años que están en el entorno. Es un negocio que se transforma muy rápido. Hay que estar muy bien posicionado y asesorado”.

Además, es una empresa familiar. Su esposa, Laura, se encarga de la parte contable de la empresa y una de sus hijas, Sofía, es contadora y también trabaja con él.

De Melo al mundo

Romeo estuvo en varios países aprendiendo sobre distintos tipos de tratamientos aplicados a residuos. En particular, trata de estar actualizado en cuanto a los tratamientos en hornos incineradores, por lo cual ha visitado hornos en Brasil, Argentina, Polonia, Francia y España, entre otros países. “Cuando salgo al exterior siempre trato de ir a una feria, hacer contactos previos, visitar empresas”. Recuerda

especialmente la participación en la feria IFAT de Múnich (Alemania), feria líder en tecnología ambiental, en 2018. “Fuimos con Alessandro y Ana Paula. Estuvimos en la feria y después fuimos a Polonia y a Francia. Vimos incineradores y distintos tratamientos de residuos. Todos los días viajando, visitando plantas, haciendo convenios con empresas”.

De Nigeria a Melo

Como una anécdota que ya es parte de la historia de la empresa, me cuenta cuando incorporaron a Chidi Asiegbu, de Nigeria, llegado a Melo a mediados de 2014. La historia de Chidi tuvo repercusión en la prensa porque llegó de Nigeria a Rio Grande, Brasil, en un barco ruso, pensando que llegaría a Estados Unidos.“Nos enteramos que había llegado a Melo un inmigrante nigeriano desde Brasil, sin papeles. Con mi hermano Rodrigo dijimos “vamos a tratar de ayudarlo”. Lo asumimos en la empresa, donde estuvo trabajando dos años. Era técnico prevencionista”.

Le pregunto por la adaptación de Chidi y los aprendizajes que les dejó esta iniciativa. “Nosotros aprendimos más que él de la experiencia. Si bien al principio hubo algunas reticencias en el grupo que integró, todos se terminaron familiarizando y generando confianza. Para nosotros fue una iniciativa solidaria, que le permitió llegar al país, adaptarse, hablar el idioma y después poder seguir con su camino”.

El futuro de la gestión de residuos

Hablamos de las perspectivas futuras para el sector gestión de residuos en Uruguay. “En el 94 no existía casi nada en términos de legislación. Ahora, se habla de un Ministerio de Medio Ambiente. Estamos transitando el camino correcto, el de hacer que el ambiente importe cada vez más”. Sin embargo, identifica algunos desafíos relacionados con la normativa ambiental y con los apoyos económicos para que el sector se desarrolle. “Uruguay y la Unión Europea tienen una legislación similar en términos de los parámetros ambientales que los emprendimientos tienen que cumplir. La diferencia es que en la UE se generan muchos residuos, por lo cual es más fácil para las empresas del sector poder invertir en plantas con tecnologías cada vez más modernas. Todo tratamiento lleva una inversión y sería bueno poder contar en Uruguay con más apoyos económicos para el sector gestor de residuos”.